Para cambiar el mundo de verdad, debemos cambiar a quienes lo lideran.
Las elecciones tradicionales han mostrado sus límites: individuos ambiciosos, corruptos o sedientos de poder a menudo llegan al mando mediante manipulación, marketing y desinformación. Es hora de decir basta.
La democracia representativa ha fracasado.
Prometió poder al pueblo, pero se lo entregó a élites, lobbies e intereses privados.
Creó solo una ilusión de libertad y participación, mientras las decisiones reales se toman en otro lado.
Es hora de cambiar el paradigma, desde la raíz.
Earth People Organization lanza una campaña global por un modelo político e institucional más justo, transparente y meritocrático:
- NO a elecciones basadas en popularidad
- SÍ a selección ética y científica de candidatos
Proponemos un sistema revolucionario, basado en criterios objetivos y valores humanos:
- Test de Inteligencia Emocional
Para garantizar empatía, escucha y habilidades relacionales.
- Test de Sabiduría y Visión a Largo Plazo
Para identificar personas equilibradas, visionarias y al servicio del bien común.
- Verificación de Competencias
Para asegurar que los decisores estén realmente preparados.
- Test Toxicológico y de Integridad
Para excluir a quienes tengan adicciones o conflictos de interés.
Para conducir un auto, se exige con razón:
- un examen teórico,
- un examen práctico,
- un chequeo médico.
¿Pero para dirigir una nación? No se exige nada.
Es absurdo.
Es como pedir a los pasajeros de un avión que voten al piloto, sin saber si esa persona estudió aviación, conoce las reglas o puede manejar una emergencia.
El resultado es el desastre. O la ilusión de control.
El poder no debe ir a quienes lo desean, sino a quienes demuestran merecerlo.
No basta con cambiar políticos: hay que cambiar las reglas del juego.
Los partidos, si quieren existir, deberán enfocarse solo en seleccionar candidatos ideales, no en propaganda, promesas o luchas de poder.
Nada de ideologías, solo competencia, ética y humanidad.
Este nuevo modelo no es solo para políticos.
Todo cargo público o institucional que implique responsabilidades para el bien común - desde salud hasta educación, justicia o administración pública - debe ser asignado a personas seleccionadas por mérito, ética e inteligencia humana.
Basta de nombramientos por favores, basta de carreras basadas en ambición.
El bien colectivo merece a los mejores, no a los más visibles o recomendados.
No se elimina el voto: se eleva.
El pueblo elegirá, pero solo entre quienes superen rigurosas pruebas de selección y presenten un programa claro, verificable y orientado al bien común.
Nada de eslóganes. Solo compromiso, responsabilidad y visión.
Estamos construyendo una red global de personas, científicos, filósofos, educadores y activistas para proponer modelos alternativos de selección ética de representantes públicos, desde comunidades locales hasta una visión planetaria.
Por un mundo más justo, inteligente y evolucionado.
Porque el futuro se construye seleccionando a los mejores, no votando a los más astutos.